Son
palabras que están en desuso. Si seguimos así van a tener que sacarlas del
diccionario de la Real Academia Española: aunque el eskerrik asko y barkatu
tampoco están exentas. Y cómo las palabras, hay cierta manera de proceder que
también está desapareciendo entre nosotros por nuestra propia responsabilidad.
Hagamos
un poco de memoria, allá lejos y no hace bastante tiempo. Se acuerdan cuando
los menores respetaban a los mayores, cuando la gente dejaba pasar al que
entraba, nos abrían la puerta, o la sostenían y los actos de caballerosidad-por
llamarlos de alguna manera sin que las feministas se me echen encima-
abundaban. Bueno a eso se le llama historia.
No
se si la crisis, la igualdad o nosotros mismos somos responsables de tal arbitrariedad
de dejar pasar todo y que caiga en el olvido.
En
esta sociedad en la que intentamos convivir, es casi apremiante que vuelvan
ciertas normas de conducta: como sostener la puerta de un bar, de un edificio,
de la consulta del médico, del ascensor, del banco, de casa, … sino saldremos
todos por la ventana. Parece que prima la ley del que llega primero.
Muchos
más de una vez nos llevamos un portazo pero la diferencia entre alguien con
discapacidad y quien tiene todas las capacidades intactas son variadas, y
obvias aunque no nos demos cuenta.
Quienes
tenemos alguna minusvalía muchas veces pensamos que nos van a esperar, porque
un minuto más o menos no va a ningún lado. Y conste que no estábamos camino
Bilbao desde San Sebastián, no estábamos a un par de metros. Para nosotros no
consta solo de empujar una puerta, aunque eso a veces también cuesta, sino
coordinar las muletas si llevamos, o la mano que nos cuesta mover mientras que
en la otra llevamos la bolsa de la compra o simplemente el bolso, un libro o el
móvil. Para una persona con problemas de visión también tiene lo suyo, y así
sucesivamente. Creo que no es demasiado pedir. Sólo hace falta volver a
acostumbrarnos a que las buenas actitudes valen la pena.
No
nos equivoquemos que no reclamo consideración, ni lástima, ni minimizar la
capacidad de unos y otros, sino que es un llamado para facilitar la autonomía
personal de todos y todas.
A
esta altura de la situación no sé si llamarlo educación, atención, tenernos en
cuenta, pero ojo no sólo a nuestro colectivo, sino a todos. Porque una actitud
de este tipo se agradece, y un gracias no le cae mal a nadie. Prueben y verán.
me ha encantado.....tienes toda la razón...excelente resumen..un saludo Eglis
ResponderEliminar