En Argentina el 31 de diciembre solemos tirar por la ventana los calendarios y agendas. De hecho rompemos las hojas en mil pedacitos, con hechos para recordar y otros para olvidar, mientras anhelamos que el año siguiente sea mejor que este. Quién ve el espectáculo desde las calles es irrepetible, porque parece que estamos festejando el mundial. Es el día que llueven ilusiones sobre el año que comenzará. Es casi una tradición a partir de la cual parece que estamos preparados para disfrutar de lo que nos depara el destino, siempre y cuando esté acorde con nuestras expectativas.
El famoso y no siempre bienaventurado balance, llega casi sin avisar, imponiéndose como una consigna cuando el calendario se va acabando e instintivamente miramos atrás para analizar qué se hizo, qué se logró y qué quedó pendiente en los 365 días que pasaron desde el último año nuevo.
Durante el 2012 fui enumerando una serie de realidades a mejorar, en un intento de concientizar sobre diversas situaciones que podemos modificar entre todos por el bien de las personas con discapacidad. También hice numerosos llamamientos a la sociedad y a los distintos organismos públicos y privados. En resumen, los pasos hacia adelante fueron muchos, y estamos yendo en dirección correcta hacia la sociedad inclusiva.
En España, en materia de inclusión social coincidimos que avanzamos durante las últimas décadas y a través del espacio de Más Que Palabras fue posible aportar otra visión.
En esta lista correspondiente al” haber” hay algunas cosas buenas como rampas, rebajes, ascensores. Y, como el debe no podía faltar, hay otros tantas mejoras que pasaron a ser parte del recuerdo a raíz de los recientes recortes afectando principalmente a las personas discapacitadas, como las tantas que faltan por lograr.
Pareció una buena noticia. El ministerio de sanidad impulsó la estrategia española de la discapacidad para el 2012 y 2020. Sin embargo, si a las pruebas nos remitimos, mediante la acción del gobierno a través de los recortes de servicios, de ayudas a los dependientes, pago de los materiales ortoprotésicos indispensables para la mejorar la calidad de vida, podemos deducir que: lo que escribieron con la mano, lo borraron con el codo.
Por lo tanto considero que la dependencia no está basada en la discapacidad que se tenga, porque más que física –que también- es social y económica.
En resumen, a menos que haya nacido en una familia rica, haya heredado, le haya tocado la lotería vamos a ser dependientes. En pocas palabras, una persona que tenga una discapacidad más o menos seria y que no tenga dinero, lo va a tener difícil, y la independencia y autonomía personal será un sueño o un deseo para el próximo año, durante el que espero que sigamos dando un paso adelantea favor de la inclusión.
Mi columna ´de eso no se hablaba´en Más Que Palabras -91.7FM Radio Euskadi – 30-12-2012
Maria Hurtado · 2 amigos en común
ResponderEliminar"Lo que escribieron con la mano lo borraron con el codo"...me encanta la expresión.María Paz ojalá el 2013 se "reescriba" lo borrado y se siga avanzando donde lo dejaron y mejorando lo mejorable y deseable para todos en general pero,en particular,mas para aquellas personas para las que vivir aun se hace mas difícil.Mis mejores deseos Maestra! muackkkkkkkkkkkkk