Impávidos
antes la realidad no podemos estar, ni pasar de todo lo que ocurre a nuestro
alrededor. Lo que se denomina estar ZEN
se da en las películas, porque indefectiblemente todo lo que sucede en nuestro entorno
nos afecta de una u otra manera, a todos sin excepción.
Traigo
esto a colación porque últimamente vuelve a resurgir una corriente centrada en
analizar las causas emocionales que dan lugar al diagnóstico de esclerosis
múltiple. De ser así, y que el impacto de una mala noticia, situación de stress
extrema o similar da lugar a un brote o episodio de la enfermedad, ¿qué haremos?. Porque vivir en el limbo es inviable.
Cabe
destacar que durante el curso de la enfermedad la progresión no responde a este
supuesto disparador, ya que no coinciden los momentos de tensión emocional con
el empeoramiento de la EM.
Supongamos
por un instante que las situaciones extremas afectan directamente al
empeoramiento o aparición de brotes, ¿qué hacemos, nos encerramos en
una burbuja?
Lamentablemente
no todo lo podemos manejar, ni todo depende de nosotros. Hay situaciones que
son resultado del libre albedrío de la vida, y lo que la “rueda de la fortuna” y la genética,
reparte en cada casa.
Entiendo
perfectamente la necesidad de descubrir la causa para así sentir que estaremos
más cerca de la cura, algo que anhelamos todos, sin embargo la realidad indica
que tendremos que esperar un poco más.
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