Fatiga
aquel extraño invasor
¿Cómo
describirla? Es como que te desconecten. Quedás fuera de juego de un
momento a otro, y para reiniciar la actividad hace falta mucho más
que cambiarte las pilas.
Pocos
nos comprenden, no sólo a nosotros, sino al síntoma, que es como un
fantasma que asecha muchas veces al día. No hay manera de
erradicarlo, y cuando dice basta, es basta, no hay posibilidad de
mediar, porque la fatiga domina nos guste o no.
Ante
el intento de explicación muchos contestan “yo también me
canso, ya no tenemos 20 años”. Lo que no entienden es que nos
venimos fatigando desde que nos acompaña la enfermedad (la
esclerosis múltiple se diagnostica entre los 16 a los 40 años).
Aunque
lo advirtamos hasta la saciedad, que cansarse no es lo mismo que la
fatiga bajo ningún punto de vista, la mayoría de la gente sigue sin
entenderlo y comparándola con el decaimiento natural que genera la
vida diaria. Cabe aclarar que uno puede seguir haciendo lo que sea
cansado, pero no fatigado.
No
es sólo física, además la fatiga afecta a nivel mental. Repito es
una desconexión, se acabó la batería hasta nuevo aviso. Ahí es
cuando es necesario descansar un rato, puede ser de 1 o 2 horas, no
basta con un corte de 5 minutos como las propagandas de la tele. Es
mucho más que eso.
También
admito que es “una cuestión de fe”, no somos vagos, ni queremos
claudicar, es distinto. No depende de nosotros, lo comento pensando
en el otro, que no llega a razonar lo que implica la fatiga y tampoco
se da cuenta, y los de ese grupo son muchos más de lo que parecen.
Ante
la reacción del otro nos sentimos incomprendidos, por eso muchos
neurólogos insisten en recalcar que es el síntoma más
incapacitante, frecuente, y desquiciante de la esclerosis múltiple.
Sobretodo invisible, y que mejor manera de visibilizarlo al
explicarlo, una vez más de las tantas que ya lo hice, e intentar de
esta manera que alguien más comprenda parte de lo que nos pasa.
Hola María Paz. En este domingo medio aburrida, me puse a leer tu blog que hace rato tengo marcado como favorito pero que nunca llego a explorar y en esta tarde que estoy con la batería un poco descargada y el ánimo luchando por levantarse, por fin me decidí a leer. Y lo único que te voy a decir es que me siento feliz de saber que hay alguien que comprende lo que siento. Pues comprender es más que entender. Entender es razonar, comprender es compartir, cosentir, copadecer y hoy siento que alguien más siento lo mismo que yo. Esta aventura de estar atrapada en un cuerpo que cambia de manera impredecible todos los días y que me obliga a adaptarme a cada momento. Y como ya me canse de escribir (jajaja) sólo te dejo un fuerte abrazo. Rosana
ResponderEliminarHe puesto un enlace en mi web de este sitio, siempre que no tengas inconveniente… gracias por estar ahí!
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