Dia 3. Dichosa movilidad
Entre quienes tenemos esclerosis múltiple, hay un miedo compartido ante la falta de movilidad. Por lo tanto, cuando
vemos una muleta nos aterramos y una silla de ruedas ni hablar. Ambos
productos ortoprotésicos se convierten en casi una temida visión
que nos acosa a cada paso, y más si empezamos a sentir alguna
dificultad para caminar. La coordinación y el equilibrio los dejaremos para otro dia.
Andar,
tener el control de nuestros pasos y movimientos de las piernas es
fundamental para nuestra asediada independencia. Frente a la
posibilidad de tener que usar un bastón, muletas o silla de ruedas
entramos en shock, ni mirarlas podemos.
Si
nos encontramos con alguien que tiene esclerosis múltiple y está
usando alguna de estas ayudas nos espantamos, cruzamos los dedos para
que a nosotros no nos pase, y rehusamos siquiera tocarlos -a los
productos- aunque sabemos que “no es contagioso”; sólo depende de la
evolución que tengamos de la enfermedad, que es una cuestión de
suerte, infortunio, o la ruleta rusa de la vida.
Sin
embargo, si por una de esos tropiezos de la vida, -más que un mal
paso es una putada- perdemos la autonomía de nuestras piernas o
comenzamos a perder fuerza y nos cuesta caminar, es cuando un
bastón, la muleta o la silla de rueda cobran otro significado. Pasan
a ser de temidos a necesitados porque nos devuelven nuestra
autonomía, aunque sea por pocos metros, algunas cuadras, o ciertos
momentos.
Aunque
suene fácil al leerlo, cuesta adaptarse a usar alguno de estos
artefactos, hasta que llega un día que les encontramos sus virtudes y
la utilidad.
Yo pertenezco a ese 10% que padece EMPP y que en un periodo de tres años precisó la silla de ruedas, si bien en un principio compaginada con muleta, manual como apoyo para trayectos cortos, luego de motor para ganar independencia, pero eso no es todo, al cabo de unos 14 años la enfermedad sigue erre que erre impidiendo que te puedas sujetar a una barra de pie y después de varias caídas al suelo, llega por fin la bendita grúa. Hay que adaptarse día a día a lo que venga.
ResponderEliminarSaludos
Luz