¿Cuál es el motivo por la que esta frase “rendirse no es una opción” está
calando hondo, y está siendo repetida hasta la saciedad? Como sociedad, cada
vez somos más egoístas y menos empáticos con el sufrimiento de los demás, y el
hecho que este casi convertido lema esté en boca de todos, lo demuestra.
De hecho, mediante esta frase negamos la evidencia del proceso de duelo que trasitan quienes tenemos una enfermedad, en el que la bronca, la rabia, la negación se hacen presentes. Es a lo largo de esta etapa que la tristeza y el desaliento están presentes y asaltan nuestros pensamientos. Y permítanme reconocer, que en torno a una enfermedad neurodegenerativa como la Esclerosis Múltiple, el Alzheimer, la Esclerosis Lateral Amiotrófica, la Ataxia de Friedreich, la Enfermedad de Huntington, la Demencia con cuerpos de Lewy, el Parkinson y la Atrofia muscular espinal - por nombrar algunas- afrontamos distintos procesos de duelo a lo largo de la evolución de los síntomas y de la aparición de limitaciones.
Esta frase fue promovida por deportistas, por ironman, triatlonistas que en diversos casos la enfermedad les dio un respiro para llevar a cabo sus objetivos. Pero quien dijo que por momentos no se rindieron, que no pidieron una tregua. Negar la evidencia para parecer Superman es una falacia.
¿Cuál es la razón que lleva a negar la sensación de frustración, de desgarro, de abandono, de enojo ante una enfermedad? Me gustaría lanzar una pregunta al aire para conocer el motivo por el que no nos damos una licencia y el permiso de tener un tiempo de bajón, de enojo, de bronca. El que, por cierto, es necesario para desahogarnos y recargar las fuerzas para volver a empezar. Recomenzar con la adaptación de nuestra nueva circunstancia es un paso y una necesidad, casi de “salud mental”.
Así que, por todo lo dicho considero que “rendirse” si es una opción, además el pataleo es un derecho y una decisión personal e intransferible, y un intervalo hacia el recorrido para seguir adelante.
De hecho, mediante esta frase negamos la evidencia del proceso de duelo que trasitan quienes tenemos una enfermedad, en el que la bronca, la rabia, la negación se hacen presentes. Es a lo largo de esta etapa que la tristeza y el desaliento están presentes y asaltan nuestros pensamientos. Y permítanme reconocer, que en torno a una enfermedad neurodegenerativa como la Esclerosis Múltiple, el Alzheimer, la Esclerosis Lateral Amiotrófica, la Ataxia de Friedreich, la Enfermedad de Huntington, la Demencia con cuerpos de Lewy, el Parkinson y la Atrofia muscular espinal - por nombrar algunas- afrontamos distintos procesos de duelo a lo largo de la evolución de los síntomas y de la aparición de limitaciones.
Esta frase fue promovida por deportistas, por ironman, triatlonistas que en diversos casos la enfermedad les dio un respiro para llevar a cabo sus objetivos. Pero quien dijo que por momentos no se rindieron, que no pidieron una tregua. Negar la evidencia para parecer Superman es una falacia.
¿Cuál es la razón que lleva a negar la sensación de frustración, de desgarro, de abandono, de enojo ante una enfermedad? Me gustaría lanzar una pregunta al aire para conocer el motivo por el que no nos damos una licencia y el permiso de tener un tiempo de bajón, de enojo, de bronca. El que, por cierto, es necesario para desahogarnos y recargar las fuerzas para volver a empezar. Recomenzar con la adaptación de nuestra nueva circunstancia es un paso y una necesidad, casi de “salud mental”.
Así que, por todo lo dicho considero que “rendirse” si es una opción, además el pataleo es un derecho y una decisión personal e intransferible, y un intervalo hacia el recorrido para seguir adelante.
Claro Maria Paz que podemos darnos las licencias de bajón, miedo, bronca... somos humanos.
ResponderEliminarCuando yo vivo Cómo mis discapacidades me limitan el día y sin ayuda de otro no puedo, pues sí, tengo subidas y bajadas, pero como no estoy sola y no le quiero fastidiar la vida a mi marido, que me ayuda lo mejor que puede, lo asumo.
También creo que si uno se siente potente con esa actitud "vencedora", lamentablemente, le podrá llegar el quiebre, porque la realidad termina imponiéndose.
Te mando un beso
Bastante de acuerdo contigo MariPaz, de echo, la única manera real de aceptar la realidad, es rindiéndose a ella, no huir de ella, ni luchar contra ella continuamente... No me invento nada porque esto ya lo dijo Buda. Eso no significa abandonarse, pues esa misma aceptación, es la que ayuda a aceptar los momentos de tristeza y desaliento, darnos permiso incluso para el enfado, y saber que son eso, momentos, y que, como momentos que son, pasarán, para seguir adelante. Y nunca avergonzarse de ello, porque esos sentimientos no son patrimonio único de los que vivimos con la esclerosis múltiple.
ResponderEliminarUn abrazo, Miriam
Es fácil afirmar sin padecer.
ResponderEliminarHe puesto un enlace en mi web de este sitio, siempre que no tengas inconveniente… gracias por estar ahí!
ResponderEliminarhttp://centraldeanotaciones.wordpress.com/