https://teneresclerosismultiple.blogspot.com.es/2018/01/y-ahora-que.html por María Paz Giambastiani
La heterogeneidad de la Esclerosis Múltiple llega a tal extremo que los cambios son evidentes en torno a los pacientes y a sus consecuencias. Hasta que entendemos que la variedad de la esclerosis múltiple es lo que prima, tanto en pacientes, progresión y evolución. Tal es así que muchos protagonizamos una tregua de la EM, donde la mejoría no siempre es la norma o más bien la excepción. De ahi deviene una alegria inconmensurable.
Ante esta metamorfosis que implica una mejoría de nuestra condición física, pasando a recuperar habilidades perdidas, que si bien son bienvenidas -cuesta menos adaptarse a lo bueno-, también implica un cambio.
Podríamos decir que es algo a parecido a un borrón y cuenta nueva, mientras vamos descubriendo que el cuerpo empieza a responder a distintos estímulos, que las sensaciones vuelven a casa como el turrón como en Navidad, la discapacidad va dejando paso a la capacidad. La transformación va formando parte de cada dia.
Sin embargo y ante esta felicidad que nos invade, pasaron años, situaciones perdidas, y necesidad de reformar nuestras vidas, ante el vendaval llamado EM que dejó escombros de un proyecto de vida que nos vimos obligados a modificar, y adaptar. Durante este trance aprendimos y nos enseñaron.
Pero, ahora ¿qué? Pasaron 10 o 15 años, el proyecto vital fue re formulado, convertido a partir de las circunstancias. Las expectativas cambiaron, la realidad se impuso. Y la afortunada mejoría al fin se hizo realidad, quien sabe por que motivo, pero aquí esta.
Las limitaciones pasan a ser ex, vuelven a su ser, y ante esto impacta el paso del tiempo, ya no somos tan jóvenes ... desde la perspectiva del mercado laboral. En ese aspecto hay una imperiosa necesidad de volver a construir nuestra vida profesional, que se vio obligada a dejarla en stand by, durante esos años, o bien a reinventarnos. La reinvención laboral generó la necesidad de construir un trabajo a la medida de nuestras posibilidades, o más bien a las circunstancias de la EM. Ahora estamos libres de ataduras de la enfermedad, no sabemos cuanto durará esta etapa, mientras tanto la disfrutamos.
La tentación de volver a la anhelada normalidad es un hecho. Sin embargo pasaron muchas cosas, y años. Cuesta retomar el camino trazado, y el encausado. Entre el vendaval de sensaciones pulula el deseo de recuperar proyectos pasados, sin embargo no podemos dejar a un lado nuestra transformación. Tanto ante el avance de la enfermedad, como ante la recuperación de habilidades, la adaptación es un grado.
No podemos negar que esta nueva etapa también es parte de quienes vamos siendo, moldeándonos a cada momento. Este es un aspecto más de la realidad de la EM, que implica estar preparados para la adaptación constante y vibrante.
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