Me sorprendió que una bronquitis me afectara de tal manera, me dejó apesadumbrada. El no sentirme bien, y todo porque interfiere en la respiración, y nada más importante que sentir que nos falta el aire.
Fue entonces que pensé en la respiración, exhalar e inspirar, una acción mecánica que apreciamos poco, o nos damos cuenta de su importancia cuando nos cuesta llevar a cabo. Todo hasta que algo falla y la falta de aire forma parte de un período de nuestra vida. Sentimos la opresión en el pecho, cansancio, falta de aire, nos cuesta respirar, fiebre, dolor de pecho y espalda, estos son los síntomas de una bronquitis, una circunstancia que puede afectar a cualquiera.
Mientras la bronquitis se instala lo pasamos de aquella manera, yo diría que no muy bien, y quienes tenemos esclerosis múltiple (EM) nos sentimos inciertos ante nuestras propias reacciones al afrontar esta circunstancia, que consideramos trivial, porque no es lo mismo.
La bronquitis asecha, sentimos como que nos encerraron, obligándonos a estar en cama, sin fuerza, embaucados por una circunstancia que nos parece ajena; porque de alguna u otra manera estamos acostumbrados o adaptados, a afrontar los avatares de la EM, pero ante una enfermedad que tiene cualquiera, nos cuesta sobrellevarla, mientras dura.
No soportamos sentirnos mal, no poder hacer lo que queremos. Con el avance de la EM o la aparición de síntomas sentimos lo mismo, sumado a un desconcierto por no saber que va a pasar, cuanto remitirá, o que secuela dejará; así que ante esta infección bronquial, que nos deje fuera de juego una semana o más, nos parece inconcebible. Es entonces cuando descubrimos que ante una enfermedad que tiene cualquiera, o para el común de los mortales, no estamos preparados.
#EM #adaptación #enfermedad #respiración
Comentarios
Publicar un comentario