Quien dijo quien dijo...
¿Quien le hubiera dicho a una gordita (por decirlo suavemente), para quien la comida era una no de los placeres de la vida, que iba a llegar un momento que las escapadas gastronómicas iban a desaparecer? Conste que no por decisión propia. Aunque en base a su peso, si era una necesidad de cortar con tantos permitidos. Esta vez la esclerosis múltiple hizo que me cuide a fuerza de limitaciones para tragar - disfagia- deglución, desde hace tiempo.
Así no estaba en mis planes adelgazar. Eso seguro.
Después de años de idas y venidas con distintas dietas milagros y de las otras, puedo reconocer públicamente que las probé todas.
El resultado, y a las pruebas me remito, es muy objetibable a través de las fotos, la ropa, y el espejo que nunca miente, ni siquiera deja escapar un comentario piadoso.
Queda más que demostrado, científicamente y por todos los que las probamos, que las dietas milagro son solo eso: falsas expectativas de mejora que así como vienen se van, implican sacrificios dejando nuestros retos a medio camino y despues de un tiempo vuelta a empezar porque estamos en el mismo punto de partida.
No hay más que aclarar que, como muchos de ustedes habrán notado, estas promesas infundadas para los fans de la comida y no justamente saludable, no hacen maravillas.
El desafió es aprender a comer y dejar a un lado las estériles recompensas gastronómicas, que disfrazamos de satisfacción inmediata. Habrá que lidiar con esas circunstancias de la vida mediante otras formas de compensación y/o distracción, o elaborar aquello que nos da felicidad, tristeza, paliar los nervios o lo que sea. Somos por lo general tentadores de costumbre.
Yendo al grano: por desgracia no existe la pastilla mágica y queda subrayado y demostrado que para adelgazar no hay manera sin esfuerzo.
Esta lección la doy pero no la aprendí aún. digamos que mi comienzo de puesta a punto, o inicio de la fase de reducción de peso, es resultado del avance de la esclerosis múltiple que me esta afectando para comer. Ya no vale usar de excusa la comida para aliviar la pena o celebrar.
Un chocolate, unas pastas-masas, medialunas, algo rico como deleitarnos para gozar desde otro lugar.
No! Desde tiempo, la dieta a la que estoy sometida está compuesta por comida fácilmente masticable para que no me atraganté y pueda tragar con mayor facilidad. Por suerte no llegué a todo pisado ni procesado. Masticar 20 veces como decían antes es lo que tengo que hacer, ciertas combinaciones de alimentos no puedo, granos tampoco, y una lista nada despreciable de excluidos. Esta vez ganó la lista de los excluidos sobre los NO PERMITIDOS de las dietas. De dulce de leche ni hablar, entre otras cosas. Voy a hacer un pedido: que Chimbote no me excluya de su club de fan. Para quienes no lo saben Chimbote es la marca de un dulce de leche de mi infancia y la de muchos, que sigue dando sabor y nuevos recuerdos. Es mucho más que un producto, es un recuerdo, una manera de sentir que disfrutamos con cada cucharada del más auténtico y sabroso Dulce de Leche argentino, de pote de cartón. Hoy sigue ese sabor indiscutible, que da gusto. Aunque en mi caso tendrá que esperar.
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