Sentir mi corazón, escuchar mi respiración entrecortada . Sonidos que de alguna manera interrumpen el silencio. Los ruidos del exterior colándose por la ventana, un motor en marcha, una conversación robada, una caminata, música, risas…interrupciones a mi intromisión en este silencio que me atormenta. El vacío que llenan las palabras, los encuentros. Es como dejar de estar acompañada, como si yo fuera insuficiente. Ya no estás, no sos lo que eras y me haces ser de otra manera. Estoy sola, ya no formas parte, ni me acompañas, hasta dormida. Ahora impera tu ausencia. Domina la soledad, de nuevo el vacío que invade mis poros y los cubre todos. Entre los caminos de la soledad y el silencio, se cuelan mis miedos y fantasmas por una esclerosis múltiple que no quiere retroceder, que avanza sin obstáculos, que lo corroe todo a su alrededor, y lo acapara como única dueña de mi cuerpo. Me resisto a su conquista, me resisto al vacío, me resisto al silencio, me resisto a la sol
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.