Una imagen vale más que mil palabras. Cuando ví una foto grupal del colegio primario, tendría 6 años y todo un mundo por descubrir. Fue un impacto, y caí en las comparaciones como era y como soy. Las fotos raptan un segundo de nuestra vida. Van reflejando como van pasando los años, sucesos, festejos, encuentros, cambios, un antes y un después. Es imposible no mirar atrás, no recordar como éramos, lo que podíamos hacer, como funcionábamos, repasamos como era nuestra vida y analizamos la manera como va cambiando a medida que avanza la enfermedad. Los objetivos, metas y anhelos van rotando según la ocasión. Mirar hacia adelante todo un reto, ya que aunque sea una vez se nos pasa por la cabeza la dependencia. Uno de los mayores temores de cada uno de nosotros. Como si las fotos no hubiera sido suficiente, vi la raqueta de tenis que estaba en el fondo del armario. Sentí como si hubiera perdido un partido 6-0, 6-0 (que por cierto en ningún torneo ni partido perdí de esa manera). La agarré
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.