Lo saboreó. No tenía gusto a nada, o más bien ácido. Al tragar le perforó el estómago. -Tenés esclerosis múltiple. Su mirada se clavo en su neurólogo. Buscando una explicación, escapar a la realidad, o un pellizco que la despertara de esa pesadilla. Tenía esclerosis múltiple, una enfermedad crónica, discapacitante y degenerativa. Una combinación que si bien no era mortal, a ella asi le parecía. Se quedó paralizada en el consultorio. Ella no había nacido para sufrir, y menos una enfermedad que podía terminar con lo que más quería, con lo que daba significado a su vida. Escribir, investigar, no parar. Tenía la mirada perdida, la cabeza en blanco. Estaba aguantando el temporal. ¿Cuál va a ser mi calidad de vida? Fue una de las pocas palabras que rompieron el silencio. Había ido sola, ya que a pesar de la vista borrosa desde hacía días, no pensó que fuera nada. No era un problema visual sino neurológica. Un dia hacía casi 2 años había perdido sensibilidad en las piernas, pero no le imped
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.