Miro para todos lados y no encuentro respuesta. Como todos, tenía muchas expectativas en el segundo intento con el gilenya-fingolimod. Volvió a pasar. A las 3 semanas de empezar irrumpió la linfopenia, mi sistema de defensas se desmoronó, por ende hubo que suspender el tratamiento, por segunda y definitiva vez -no se puede probar más de 2 veces-. Todavía estoy masticando la bronca y la decepción por ser el 8vo. tratamiento que tengo que cancelar en 5 años o porque no funcionó por los brotes sucesivos a pesar de, o por los efectos secundarios en 3 casos. Ahora ¿qué? Hasta la aprobación de nuevos tratamientos que están por irrumpir en el mercado (fin 2014 marzo 2015), no hay alternativa a menos que Alfredo, mi neurólogo, saque un az de la manga. Eso espero. Este es uno de los tantos ejemplos que amerita no minimizar el impacto y la evolución de la esclerosis múltiple por más que hallan dianas terapuétivas. Cabe reconocer que la ciencia está avanzando en este campo a pasos agiganta
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.