Día 6 Incontinencia Ya somos grandes, sin embargo una situación nos remite a las puteadas a nuestra niñez. Nadie se imagina que siendo joven puede volver a sufrir incontinencia, aunque esta vez no es porque estemos aprendiendo a hacer pis, para controlar nuestros esfínteres. Es un problema mayúsculo que viene de la mano de los síntomas motrices y las consecuencias neurológicas. Con el advenimiento de las parálisis, problemas de sensibilidad o fuerza de nuestras piernas es cuando aparecen los primeros signos de incontinencia y ahí entramos en pánico; si, una vez más. No poder aguantar, que se te escape algo, poco o mucho, o hacerte pis encima, ninguna de estas opciones estaba en los planes de ninguno de quienes tenemos esclerosis múltiple. Además de la impotencia que genera el uso de compresas o pañales, provoca vergüenza, sentimos invadida nuestra madurez, resquemor por la situación que genera sentirnos “como bebés”, además de la incomodidad fuera de tiempo o de lugar.
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.