La crucial pregunta no se hizo esperar. A quién se lo cuento, famillia, amigos, qué hago con respecto al trabajo. Encima necesito las tardes libres, más de 1 hora para estar en el hospital recibiendo la dosis de corticoides intravenoso durante 5 dias. Un chute que te lleva 60 largos minutos, sedienta y cansada, mientras tu cabeza no deja de proyectar distintas ideas. En el futuro mejor ni pensar. Después de marear a mis pensamientos, mis amigos fueron los primeros en saberlo. Tragué saliva, previa cara de circunstancia, y lo largué. Ante mí diferentes reacciones. Todas entre el pánico, el desconcierto, miedo, y dolor. Sentía que de alguna manera podía controlar las circunstancias. ja, ja. Miedo al futuro todo y más. Era como haber recibido una sentencia. La dependencia se había convertido en una tormenta que azotaba mi vida. La incertidumbre la madre de todas las sensaciones, y la importencia una compañera de viaje inevitable. En el trabajo, ni hablar. Si mi lado creativo no me abandon
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.