El corazón se me escapa de las manos. Respiro y no hay caso, sigue latiendo salvaje a su ritmo. Pienso en el desafío de mañana. Después de 15 dias -entre internación y recuperación domiciliaria- saldré a la calle. Hasta ahora no pude, mis fuerzas estaban ausentes, el agotamiento esta siendo una sensación que me sobrepasa, convirtiendo la necesidad de descanso en cuasi una obligación. Pero siento que ya es hora. O más bien lo deseo. Acá estoy, de un lado al otro de la cama, sin poder tranquilizarme ni dormir. Como si mi programa de mañana implicara una encrucijada: poder o no poder. En un intento desesperando de retomar el control. Las horas pasan, y mis temores no cesan, así como la necesidad de liberarme de esta realidad que me mantiene en casa, encerrada por unos síntomas que son tediosos, molestos, y limitantes. Como unas cadenas que mañana quiero cortar, romper usando unas fuerzas que durante estas semanas se mantuvieron agazapadas. Porque quiero volver a ser yo, y
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.