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Mostrando entradas de febrero, 2011

Una caja de sorpresas

Padecemos una enfermedad extraña, con repercusiones variadas en la que cada enfermo es un mundo. ¿Alguna vez se sintieron como un bicho raro por no concordar al 100% la sintomatología con los resultados de los análisis? A lo largo del camino de la esclerosis múltiple, a veces nos sentimos que somos un dolor de cabeza para los neurólogos a quienes les abrimos la puerta a lo desconocido. En donde los síntomas no responden a lo ya estudiado, las secuelas pasan a ser un extraño por descubrir, y mientras intentamos entender que nos pasa, nos sentimos cuestionados. Todo por ser la excepción a la regla.  Esta situación genera malestar, y agrega una revolución a la que en ese momento no deberíamos estar sometidos. Un agregado más que tenemos que aguantar, afrontar por sentirnos sapos de otro pozo. En “este juego” nos piden confianza, sosiego, tranquilidad, y otras tantas cosas más que están fuera de todo aquello que genere stress. Pero cómo mantener la calma si tenemos que demostrar que lo que

Camino al andar

"Escuchar situaciones positivas sobre como vivir con esclerosis múltiple". Más que una frase sonó como un clamor desesperado. Sin embargo, ella no se dio cuenta que es un deseo que está cumplido a través de cualquiera de las personas que tenemos la enfermedad y seguimos adelante más allá de las circunstancias. Jamás negamos la dificultad, atravesando un proceso determinado por distintas etapas, hasta que acomodamos todas las piezas de este juego que hubiésemos preferido no tener que participar nunca, por macabro.  Pero ¿qué pasa cuando sentimos que nos invade, qué no dejamos de pensar en las consecuencias, en los resultados de los brotes y las recaidas, en el futuro que no será y en el que va a ser?. Ahí es cuando descubrimos que la esclerosis forma parte de nuestras vidas, lo querramos o no, ahí está.  Afrontar su existencia es una tarea que demanda tiempo, paciencia y fortaleza. Y cuando flaqueamos nos retroalimentamos con el ejemplo de otros, hablando y sacando del medio a

Saber, o no saber, esa es la cuestión

Quienes vivimos con esclerosis múltiple pasamos por distintas etapas. Una de ellas es no querer saber, o no saber que hacer. La decisión entre uno u otro tratamiento -cuando lo hay- no es moco de pavo, ni una experiencia más. De nuestra elección depende en parte nuestro futuro, mientras que esto ocurre los pensamientos de distinto tipo, color y sabor pasan por nuestra mente sin pedir permiso. Se cuela en nuestra vida, como lo hizo en su momento la EM. Y ajo y agua, a joderse y aguantar.  Ante esta circunstancia, qué pasa si elegimos no saber, o no hacer nada, o sentarnos a un lado a ver la vida pasar. Total, es nuestra vida, y sobre nosotros somos los únicos que tenemos derecho y deber a decidir.  Hay momentos en el transcurso de la enfermedad que son duros de atravesar, porque nos ponen entre la espada y la pared, o se presenta la cuestión como si la vida se fuera en ello. Las alternativas se cierran frente a nosotros, y no sabemos para que lado correr. También existen variables que n