A esta altura del año queremos unas vacaciones de nuestra ajetreada vida de adultos...y los que no lo son, también. Las circunstancias económicas-financieras nos agotaron. Las preocupaciones abundan, y que mejor que correr un tupido velo y organizar una escapada para poner un punto y aparte a tanto revuelo. Una de las primeras cosas que hacemos: agarramos papel y lápiz, la calculadora y el cerebro -que no falte- con el que estrujamos el presupuesto con tal que salgan las cuentas para irnos de vacaciones. Si la posibilidad de tomarnos un respiro no puede ir más allá, siempre estará la cada del pueblo, la zona de playa o la piscina y sino...la bañadera, o como dicen acá la bañera. Después de mucho navegar por el ciberespacio, encontramos una oferta para viajar en avión, que están a la orden del dia. Maleta, aeropuerto y a disfrutar. Hasta acá una situación común a muchos, aunque este año tal y como está todo, ya veremos. En cambio para quienes tenemos alguna discapacidad hay algun
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.