Desde chica, allá lejos y hace tiempo, tuve mascotas, las elegidas fueron perras. Eran una más de la familia. Tuve 3. Todas dejaron su huella, su enseñanza, su paso por mi vida. Fueron grandes compañeras, cariñosas, fieles, guardianas, compañeras y una parte importante de mi. Un ejemplo a imitar. Desde que llegué a España, por diferentes motivos las mascotas dejaron de formar parte. Egoistamente había otras prioridades que no coincidían con el hecho de tener un miembro más en la familia. Viajes a costa de un amor inconmensurable. Muchas veces mientras estuve casada nos planteamos la posibilidad, pero luego analizarlo era un tema que quedaba para más adelante. De alguna manera siempre me arrepentí. Y desde hace un tiempo no dejo de pensar y de sentir la necesidad de que una perra esté a mi lado. Mi primera mascota fue Fina, una salchicha enana, que más allá de su diminuto tamaño era gigante de corazón, alegre, vivaz, y guardiana. Nos acompañó durante 8 años, y a pesar de sus últimos me
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.