Volver, con la frente marchita,las nieves del tiempo platearon mi sien. Sentir, que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante en las sombras te busca y te nombra. Vivir, con el alma aferrada a un dulce recuerdo, que lloro otra vez . (Tango de Carlos Gardel). Buenos Aires era solo una imagen, y no una posibilidad. Un viaje que suspendí porque era necesario replantearme mi futuro, mi actualidad, mi proyecto de vida. Estaba en el medio del océano. De un lado Bilbao, del otro Buenos Aires y en medio una decisión. Para mi era una especie de contienda enfrentada entre la vida y la muerte, el acierto y el fracaso. Donde iba cargaba mis dudas sobre quedarme o volver. Me era difícil colocar los pros y contras en una balanza. Encontrar el equilibrio era una dificultad añadida. La decisión se hacía esperar. En vez de pasar pacientemente el huracán provocado por el diagnóstico, me forcé a evaluar las alternativas en la que barajaba nada más y nada menos que una
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.