El miedo a la silla de ruedas es algo que camina con nosotros desde el mismo diagnóstico pareciendo que vienen en combo. Pero no siempre es así. No obstante es una idea que de vez en cuando se cuela en nuestros pensamientos convirtiéndose en una pesadilla que con el avance de la enfermedad se hace carne y nos perturba. Un brote que afecta la movilidad y se encienden todas las alarmas. El otro dia se me hizo un nudo en el estómago. Después de participar de dos reuniones de trabajo en Bilbao, y una parada a tomar un café con una amiga –por la mañana, terminé el itinerario muy fatigada. Para cambiar de aire tuve la intención de mirar vidrieras por la Gran Via, y porque no, entrar a algún negocio. Así lo hice. Fue imposible disfrutar del mini circuito por H&M. Miraba pero no veía, era una sensación espantosa, como si todo se me viniera encima. Era la manera de mi cerebro de reclamar un tiempo muerto. Así lo sentí, como un espacio vacío en mi cabeza. Por supuesto me estremecí. C
Desde hace casi 15 años mi vida cambió, cuando me diagnosticaron Esclerosis Múltiple. Desde ese momento comencé un camino de adaptación, a veces mejor llevado y otras atragantado. Luego de un largo tiempo de cambios abruptos de sensaciones, sentimientos, impotencia e incertidumbre llegó el momento de poder compartir este espacio con todos los que quieran comprender a quienes vivimos con una enfermedad crónica, degenerativa y discapacitante. Empecemos este camino de comprensión y apertura.