A continuación no haré una cruzada a favor del psicoanálisis, sino un llamamiento a pedir ayuda cuando lo necesitamos, y el psicoanálisis es una herramienta a tener en cuenta. Ir al terapeuta es una alternativa que está a nuestro alcance.
¿Por qué negarlo?. Como todo argentino, que se precie, hice terapia por diferentes motivos, razones y cuestiones. El ser tan insidiosos y cuestionadores es parte de nosotros, casi un modo de “ser argentinos”. Por ende nadie considera que hacer terapia es sinónimo de hablar como los locos, ni que quienes van porque no tienen con quién hablar y cosas parecidas que se dicen sobre una de las profesiones que tiene mala prensa. Ir al psicólogo es mucho más que eso. Es priorizar en nuestras necesidades y adentrarnos en el proceso del cambio.
También es cuestión de feeling. Esta es una de las premisas para hacer terapia. Entre paciente y analista tiene que haber una relación de confianza y apertura en torno a uno mismo, nuestros miedos, nuestro comportamiento, valores, anhelos, y realidades quedan sobre la mesa como un libro abierto. Pasado, presente y futuro al diván.
Otro de los invitados a cada cita es “la lectura entre líneas, de lo que se dice y lo que se calla”, una mirada desde otro lado. Descifrar, conocer y desentramar es el eje de cada encuentro. Pero para que este recorrido hacia nosotros mismos de comienzo, tiene que haber voluntad, ganas y esfuerzo. Porque hablar de uno requiere dedicación.
Entre el vínculo analista y paciente, están las dudas, reflexiones, pensamientos, argumentos, sucesos, lapsus e interpretaciones. Es una comunicación en todo su esplendor, en la que nada queda librada al azar. Sin dejar afuera del círculo a las situaciones no resueltas, marcas del pasado o del presente, imborrables situaciones y circunstancias que dejan huella.
Yo volví a hacer terapia porque entendí que sola no podía con todo lo que engloba la enfermedad: cambios físicos, repercusiones psicológicas, adaptaciones, afrontar situaciones, limitaciones, miedos, etc. Todo esto es mucho peso para una persona y requiere adentrarse en un trayecto, que es largo y por momentos agotador sobretodo en los momentos que nos resistimos a la evidencia. Eso si, no funciona como una aspirina. Lleva tiempo. Pero por sobre todas las cosas: vale la pena.
Psicóloga-psicólogo. Es un camino en el que nos acompañan y mientras lo transitamos generamos una relación en la que buscamos respuestas mágicas, inmediatas, reclamamos que lo que nos produce dolor desaparezca, y que el temor no nos domine, entre otras cosas.
Pero no olvidemos que los analistas no son magos, ni tienen la bola de cristal; aunque muchas veces supliqué que asífuera. Nos escuchan, contienen, acompañan, ayudan a hacer visible lo invisible, llevadero lo insoportable, pensar lo impensable, y darnos cuenta tiene cabida y es posible.
Ayudan mucho, y acudir a ellos ya es un intento por nuestra parte. Muchos besos.
ResponderEliminarparece que estamos en sintonia ... cuando ando con un tema, despues lo encuentro comentado aqui. soy la argentina que aun no fue a un psicologo, jaja. muchos cariños
ResponderEliminarami no me pudo ayudar el psicologo tuve que hacer una terapia de grupo, con enfermos especiales, ( para ver que yo no era la mas desgraciada )) cursos de crecimiento personal, de visualizaciones positivas, auto ayuda, y uno muy, muy especial, DE LA NIÑA INTERIOR. Yoly
ResponderEliminarUna vez mas , de la pluma de Paz , salen esas pinceladas que nos acercan al terreno de lo real , con preciso trazo dibuja las lineas de una terapia , que ademas de ser recomendable , puede llegar a ser gratificante una vez se efectua el nexo entre los actores, saludos Luis
ResponderEliminarHermosa cruzada la que empiezas....estoy contigo. Maru
ResponderEliminarhe tenido el gusto de leer sus notas de vida, en su blog, me han fascinado
ResponderEliminarson desde un rincon del dolor y desde la claridad de la vida Jorge
Hacer análisis ayuda a sobrellevar las situaciones y a intentar modificar cosas que vemos que son necesarias modificar. Matías
ResponderEliminarHice un tiempo terapia, pero me pareció que es como el cuento de nunca acabar. Andrea
ResponderEliminarYo tengo un psicologo una vez por semana,además una kinesióloga tres veces por semana y una señora que me ayuda ma´s con mis hijos y las cosas de la casa,más trámites de la obra social y bueno todo eso.BESITOS y espero que estes poom para arriba lo mejor Silvina
ResponderEliminarSeguro que en esta entrada se ven reflejadas muchas personas con EM. Muchas gracias, por relatar tus experiencias de esta forma tan especial. Un abrazo.Portal Discapnet
ResponderEliminartu sigue escribiendo como lo haces, eres un gran apoyo para muchas personas que desgraciadamente compartimos lo mismo, un beso Isabel
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